Todos sabemos que la lactancia materna es el mejor alimento para el bebé, está diseñada especialmente para su sistema digestivo, aumenta sus defensas, previene enfermedades y se va adaptando a él según crece.
Sin embargo conseguir una lactancia materna disfrutada y efectiva puede ser un gran reto. Muchos factores van a influir en el éxito de la lactancia, basándome en ellos te dejo estos puntos en el que encontrarás los principales consejos y aspectos esenciales para empezar con buen pie.
¿Qué está en mi mano para que la lactancia funcione?
¿QUE VAMOS A VER?
Información desde el embarazo.
Infórmate sobre lactancia materna antes de tener a tu bebé. Lee libros tan recomendables como “Un regalo para toda la vida” de Carlos González”, “Somos la leche” de Alba Padró o “Amar con los brazos abiertos” de Carmela Baeza. Busca información de calidad en redes sociales, grupos de Facebook y grupos de apoyo a la lactancia de tu zona.
Acudir a las clases de preparación al parto y posparto te será de gran ayuda, en ellas además de aprender sobre la fisiología de un parto, se trataran temas relativos a la lactancia.
Apoyo.
Tu pareja y tu familia más cercana serán un gran apoyo en el posparto. Por ello es importante que tengan información actualizada y no basada en mitos o experiencias propias que pueden confundiros.
Tu pareja va a ser un pilar fundamental, por eso es importante que tenga la misma información que tú y se implique ya desde el embarazo acudiendo cursos de preparación al parto y buscando su papel en todo el proceso.
El apoyo de otras madres es esencial para sentirte acompañada y comprendida. Además la experiencia de estas otras mamás te ayudarán en la tuya propia. Busca grupos de apoyo a la lactancia materna o grupos posparto cercanos a ti, y acude a ellos ya desde el embarazo para empaparte del día a día de las mamás en el posparto.
El parto importa.
Busca una atención al parto humanizada y que responda a todas tus necesidades. Infórmate sobre la evolución normal de un parto, la cual hará que llegues al nacimiento de tu bebé más tranquila y segura. Esa información y atención respetuosa harán que tu parto y posparto sean los más fisiológico posible e influirá en vuestra salud física y emocional. Todo ello facilitará un inicio más sencillo de la lactancia.
Iníciala en la primera hora de vida tras el nacimiento de tu bebé.
Cuando tu bebé nazca deberán ponerlo sobre ti en contacto piel con piel de manera ininterrumpida durante al menos dos horas. Deja que tu bebé busque el pecho y lo agarre a poder ser de forma espontánea en la primera hora de vida. Si en esta primera hora no ha mostrado signos de búsqueda ayúdale a acercarse al pecho e iniciar la primera toma.
Es muy importante que esta primera toma se realice cuanto antes, a poder ser en la primera hora de vida, ya que hay estudios que demuestran tasas mayores y lactancias más duraderas en los bebés que así lo hicieron.
Si os han separado tras el nacimiento y no estáis juntos, estimula tu pecho con masaje y extrae calostro para simular una toma y que “la maquinaria” comience a funcionar.
Tu bebé muy cerca de ti.
Pasa el mayor tiempo posible en contacto piel con piel con tu bebé. No solo en las dos primeras horas posparto, si no en sus primeros días. El pecho estará muy accesible para él y tú estarás muy pendiente de cualquier signo de búsqueda o hambre para ofrecerle el pecho sin esfuerzo alguno para él.
Ese contacto continuado estimulará la subida de la leche y además hará que el bebé esté muy tranquilo, caliente y prevendrá bajadas de glucosa y de temperatura.
Postura adecuada.
Debes conocer cuál es la posición adecuada en la que tenéis que colocaros ambos para favorecer un agarre indoloro y una toma efectiva al pecho.
Para que el agarre pueda ser correcto debes colocar al bebé alineado y enfrentado a tu cuerpo. Debe abrir mucho la boca e introducir la mayor parte posible de areola dentro de su boca. Así el pezón quedará situado en la parte trasera de su paladar y su lengua no lo friccionará. Con este agarre no habrá dolor y además habrá un buen vaciado del pecho.
Si aún con una buena postura sigues notando dolor pide ayuda, ya que la causa de ese dolor puede estar en su boca. Un frenillo lingual corto o algún problema en su musculatura, como una tortícolis pueden estar dificultando que mame correctamente.
Cuanto más mame tu bebé, más producción tendrás.
El pecho funciona así, cuanto más mame tu bebé más leche se producirá. Si tienes dos bebés y los dos maman, tus pechos producirán para los dos. Sencillo y eficaz.
Si tienes un bebé que pide frecuentemente él solo estará haciendo este trabajo, dale el pecho a demanda y él regulará las tomas en función de lo que necesite. También puede ocurrir que tengas un bebé dormilón que no pide por sí solo. En este caso la lactancia en lugar de ser a demanda tendrá que ser la oferta. Anímale a mamar, haz contacto piel con piel para estimular la búsqueda y despiértale para que mame hasta que la lactancia esté instaurada.
La lactancia no duele.
Al principio el pecho está muy sensible, y el roce de la camiseta o el agua caliente de la ducha pueden provocar molestias. Sin embargo nunca debes notar ni normalizar es el dolor en las tomas. Si notas dolor pide ayuda para que supervisen la postura y el agarre al pecho. En la mayoría de las ocasiones el dolor está provocado por mal agarre y mala postura, aunque puede haber otras causas.
Si algo no va bien pide ayuda.
Si hay dolor, tu bebé no hace pis o caca, pierde demasiado peso, tienes grietas, o notas otras complicaciones pide ayuda a un profesional especializado en lactancia. Un profesional que revise la toma, haga una buena historia clínica y evalúe que puede estar pasando y te de pautas para solucionarlo. Quizá te interese como saber si m lactancia va bien.
Cuidado con las “ayuditas”.
Llamamos “ayuditas” a esos biberones que se ofrecen en muchos hospitales sin indicación médica y que no son necesarios para el bebé. Esos biberones innecesarios pueden influir y mucho en el establecimiento de la lactancia. El bebé estará muy saciado y no mostrará interés por el pecho, y por tanto no habrá estímulo para que se produzca subida y haya una buena producción.
Si el suplemento está indicado por el pediatra hay que darlo porque es un “tratamiento” para que tu bebé esté bien. Para administrar esa leche evita biberones para evitar la confusión tetina-pezón. La tetina del biberón se coge de una manera muy diferente al pecho, y los bebés que se acostumbran a las tetinas pueden hacer un mal agarre al pecho. Las técnicas más utilizadas para dar leche a un recién nacido sin que interfiera en la lactancia materna son la técnica del dedo-jeringa, cucharilla o vasito. (métodos de suplementación)
Ten en cuenta que si tienes que dar algún suplemento la primera opción sería tu leche extraída, ya sea durante el embarazo(linkar video youtube extracción prenatal de calostro) o en posparto. Si no puedes extraerte, o no consigues la cantidad suficiente podría utilizarse leche de banco (en caso de que lo hubiera en tu hospital) o leche de fórmula si no hay posibilidad de las opciones anteriores.
No uses chupete ni tetinas hasta que lactancia esté establecida.
Se recomienda que al menos durante las primeras seis semanas posparto no se introduzca el chupete. Introducir el chupete de manera temprana podría provocar confusión tetina pezón y disminución del número de tomas al día, y por tanto baja producción de leche. Como mencionábamos anteriormente si tienes que dar un suplemento evita las tetinas, puedes utilizar los diferentes métodos de suplementación que existen para dar leche extraída.
Visitas las justas.
Evita las visitas y el paso de brazo en brazo de tu bebé en los primeros días o semanas de vida. Ese trasiego puede hacer que esté estresado, más intranquilo e irritable. Eso va a provocar que las tomas sean más complicadas, cueste el agarre o el bebé se suelte y no mame bien. Mantén a tu bebé en piel con piel y reduce las visitas a la familia más cercana.
Delega.
Ocúpate de ti misma y de tu bebé, nada más. El resto de cosas, tareas domésticas o los papeleos típicos del posparto deben ser delegados en tu pareja o familia.
Las primeras semanas serán duras, tenéis que adaptaros el uno al otro y cuanto más descansada y disponible posible estés para tu bebé mejor irá vuestra lactancia, vuestro vínculo y vuestra salud mental.
Prepárate para tener todo el día la teta fuera.
Tendrás que tener mucha paciencia y entender que el bebé necesita mamar poquito y a menudo. Saber que esto será así y tener ayuda para todo los demás facilitará mucho vuestra lactancia. Además los bebés no solo toman el pecho para comer, el pecho también es consuelo, tranquilidad y contacto con mamá. Por eso, no te extrañes si el bebé pide muy a menudo, e incluso no se suelta del pecho tras una toma.
Confía en ti y en tu bebé.
Hay muy pocas causas médicas por las que no se pueda amamantar. En la mayoría de los casos los problemas de la lactancia vienen derivados de la falta de apoyo y la falta de la de confianza de la madre en sí misma y en su posibilidad de amamantar.
Si has sido capaz de gestar a tu bebé, serás capaz de amantarle. La voluntad y la seguridad son los primeros pasos para hacerlo. Pueden surgir complicaciones pero con información, apoyo y confianza sabrás solventarlas.
SI TIENES DIFICULTADOS CON TU LACTANCIA, PIDE UNA CITA CON LAS MATRONAS DE MAMA MIMADA