Cuidados del posparto: Primeras semanas

Al fin tienes a tu bebé en los brazos. Te has pasado meses planificando el parto y viviendo tu embarazo con intensidad. Ahora toca vivir lo que verdaderamente va a cambiar tu vida, el posparto.

El posparto es una transformación brutal tanto a nivel físico como emocional. En este artículo quiero mostrarte los principales cuidados que debe llevar a cabo en las primeros días y semanas posparto para tener una buena recuperación.

Sangrado posparto o loquios

Los primeros días el sangrado será más abundante y rojo. Además este sangrado es intermitente, habrá momentos que notes como sale y otros que no. Las tomas al pecho, ponerte de pie, ir al baño o cambiar de posición en la cama son momentos en los que aumentará. 

Los primeros cinco días puedes usar compresas de mayor tamaño. Las compresas posparto deben ser de celulosa o algodón. No deben llevar plástico y deben ser transpirables.

Para sujetar esa compresa puedes utilizar braguitas de malla desechables que son muy cómodas para estos primeros días en los que fácilmente puedes manchar tu ropa interior. También existe la posibilidad de braguita con compresa integrada, que muchas madres prefieren ante sangrados abundantes.

Estos primeros días de sangrado será rojo vivo, para después ir oscureciéndose y disminuyendo en cantidad. Normalmente el sangrado dura unas seis semanas aunque puede ceder antes. En ocasiones desaparece totalmente a las 2 o 3 semanas pero luego vuelve a reanudarse a los días. Esto es totalmente normal, y además todo sangrado dentro de las seis primeras semanas posparto son loquios y no regla. 

Cuando tu sangrado sea más escaso puedes utilizar compresas más pequeñas y con alas, siempre teniendo en cuenta que no lleven plásticos.

Entuertos

Los entuertos son contracciones uterinas que se producen en los primeros días tras el parto. Son más frecuentes a partir del segundo parto pero pueden ser bastante molestas y dolorosas. Si te ocurre puedes tomar analgesia pautada por tu médico. 

El útero se está contrayendo fuertemente para cerrar la herida que ha quedado en la zona donde estaba inserta en la placenta. Con el paso de los días estas contracciones o entuertos se irán haciendo más leves, y puede que sólo percibas durante la toma al pecho. Con la lactancia materna segregamos oxitocina para que la leche salga, y esta oxitocina hará que el útero se contraiga e incluso que aumente el sangrado durante las tomas. 

Periné

Tu periné tras el parto puede quedar inflamado y dolorido. Si no tienes puntos esta inflamación se resolverá con los días y el descanso manteniendo tus piernas en alto. De este modo se favorece el drenaje de los líquidos acumulado. Si tienes mucha inflamación y molestia puedes poner también frío local.

Si tienes puntos por una episiotomía o desgarro debes lavarlos con agua y jabón una o dos veces al día. Además el cambio de compresa debe ser frecuente para evitar el exceso de humedad en la zona. Intenta a ratos retirar la ropa interior y quedar con el periné al aire sobre un empapador o toalla. 

Es probable que si la zona está inflamada por los puntos tengas que tomar algún antiinflamatorio. Consulta a tu médico cuál es el más indicado en tu caso.

Debes evitar el estreñimiento bebiendo mucha agua, tomando fibra, y moviéndote en la medida de lo posible para que tu intestino se ponga en marcha. Ten en cuenta que si en el parto has hecho muchas deposiciones después las ganas de hacer caca pueden tardar en venir.

Si estás realmente estreñida y nada de lo anterior ha funcionado puedes utilizar algún supositorio de glicerina o micro cánula para evitar retener heces. La retención de heces en la ampolla rectal (zona final del recto) inflama aún más tu periné y puede afectar a la cicatrización de tu episiotomía o desgarro.. 

Por otro lado encontramos habitualmente  hemorroides, ya sea de la presión del propio embarazo, de los pujos o del estreñimiento. 

Si es tu caso mantén la zona limpia y evita usar papel higiénico tras las deposiciones. Lo ideal es que laves con agua o con toallitas específicas antihemorroidales. Si tienes sangrado o dolor consulta con tu médico ya que pueden pautarse pomadas antihemorroidales o incluso antiinflamatorios por vía oral para disminuir la inflamación. En algunos casos los baños de asiento y el frío pueden hacerte mejorar, haz usos de ellos solo si notas alivio. 

Si tienes desgarros o laceraciones en la zona cercana a la uretra o al clítoris puede ser que notes mucho escozor al orinar. Para evitarlo haz pis en el baño, ducha o bidé mientras el agua cae en tu vulva evitando así que la orina entre en contacto directo con las zonas laceradas. 

Pecho

Los primeros dos o tres días tú pecho estará blandito y no debes tener ningún problema más que la sensibilidad típica del pezón tras el parto.

Recuerda que el pecho no tiene que doler con las tomas, por lo que si percibes dolor al amamantar o posteriormente debes pedir ayuda. La mayor parte de las veces un mal agarre puede provocar dolor al pecho, y simplemente modificando la postura el cuadro mejora.

Entre el segundo y quinto día posparto se producirá la subida de la leche. En este momento hay un cambio en el tipo de leche de calostro a leche de transición. Además  los líquidos retenidos durante el parto dan la cara de este modo edematizando o hinchando tu pecho.

Puede que con la subida de la leche notes mucha sensibilidad, dolor, enrojecimiento y dureza en tus pechos. A esto se llama ingurgitación patológica y para solucionarla puedes hacer la maniobra de presión inversa suavizante antes de las tomas, poner a tu bebé frecuentemente  al pecho, y poner frío después de la toma. Si con esto no es suficiente puedes aliviar el pecho manualmente y tu médico puede prescribirte un antiinflamatorio que ayude a bajar esa inflamación.

Además del frío puede utilizarse la hoja de col congelada y rota con un rodillo sobre el pecho  cuando el bebé ha acabado de mamar. La col tiene una sustancia que es antiinflamatoria y ayuda a bajar la inflamación propia de la subida de la leche patológica.

Si tu subida de la leche es normal y no patológica puede que simplemente notes algo de tensión y calor en la zona de tus pechos. En una subida normal nunca deberíamos notar el pecho pétreo. 

Durante la subida de la leche utiliza un sujetador sin aros que sujete bien tu pecho. Puede que te alivie mantenerlo también durante la noche hasta que la subida de la leche ceda y la producción se regule.

Si no vas a amamantar a tu bebé puedes interrumpir la lactancia de manera fisiológica o farmacológica.

La manera menos violenta y más natural para retirar la leche es ir sacando pequeñas cantidades para ir aliviando el pecho, poniendo frío y tomando antiinflamatorios pautados. Poco a poco la cantidad que saques irá disminuyendo en cantidad y número de veces. Hasta que la leche se retira totalmente.

La retirada farmacológica se hace mediante una pastilla que evita la subida de la leche. La realidad es que esta subida se produce en muchas ocasiones a pesar de haber tomado este tratamiento. Por tanto si esto ocurre debes realizar todo lo indicado anteriormente para la retirada de la lactancia de manera fisiológica: extracciones de leche que irás disminuyendo poco a poco, frío tras la toma, y antiinflamatorios.

Vendar el pecho o no realizar extracciones está totalmente contraindicado. Puede tener consecuencias tanto a corto como a largo plazo en tus mamas. 

Piernas y pies

El edema de los miembros inferiores en el posparto es común en casi todas las mujeres. Puede que durante el embarazo no hayas tenido hinchazón de tus piernas pero en el posparto es muy probable que si lo vivas.

Todos los líquidos administrados durante el parto y los factores hormonales harán que tus piernas, tobillos y pies se hinchen. Esto puede ocurrir y mantenerse los primeros 15 días posparto.

Para mejorarlo es importante que descanses con las piernas en alto, camines ratitos cortos, bebas abundantes líquidos y te alimentes correctamente. También pueden realizarse masajes drenantes desde la punta de los dedos hacia la hacia los muslos.

En caso de várices se recomienda poner medias de compresión para mejorar la circulación y disminuir el edema.

No uses hierbas diuréticas sin saber su compatibilidad con la lactancia materna, lo natural no es inocuo (puedes consultar cualquier medicación, infusión o tratamientos en www.e-lactancia.org)

Existen algunos complementos alimenticios de venta en farmacias que pueden ayudar a drenar ese exceso de líquidos. Pero normalmente con estas medidas y paciencia suele mejorar.

Descanso

El posparto es un momento para cuidarse y cuidar. Es importante que pases mucho tiempo tumbada junto a tu bebé para que todo tu cuerpo se estabilice. Tu salud mental,  pelvis, suelo pélvico, útero, y  periné… Necesitan de ese descanso.

Además tener un bebé requiere mucha atención y cuidados. La demanda de tu pequeño hará que tu propio autocuidado quede en un segundo plano y sea incluso muy difícil de llevar a cabo. El bebé tiene periodos de sueño y despertar tanto de día como de noche, y además debe alimentarse a cualquier hora del día.

Intenta dormir cuando el bebé duerma, y delega otras tareas que no sean su cuidado o el tuyo propio para poder centrarte en ese descanso y recuperación.

Postura

Como te decía anteriormente es importante tu descanso pero también que te muevas y no actives tu circulación. Puedes caminar por casa y por la calle sin forzarte y en pequeños periodos. Evita la posición sentada porque hará que tu periné esté comprimido y te produzca molestias si hay hemorroides, puntos o simplemente edema.

Puedes dar el pecho tumbada de lado o boca arriba con almohadas bajo tu espalda. Si no eres capaz de hacerlo en esta postura pide ayuda ya que es importante para tu descanso y tu recuperación poder amamantar tumbada.

Siempre que te levantes de la cama hazlo siempre de lado, nunca lo hagas hacia arriba porque eso aumentará la presión en tu abdomen y por tanto en tu suelo pélvico. Hazlo del mismo modo en que lo hacías durante el embarazo.

Puedes percibir sensación de agujetas, o de dolor en la zona de tu pubis e inglés. Tu pelvis se ha abierto para dar paso a tu bebé y ahora está cerrando y estabilizándose. Un cinturón pélvico o un pañuelo apretado en la zona de tus caderas pueden disminuir esta molestia. Si es muy pronunciada consulta con tu fisioterapeuta experto en embarazo y posparto. 

La faja abdominal no está indicada tras un parto, a no ser que un fisioterapeuta la prescriba. Las abdominales deben trabajar y recuperarse poco a poco, y esto lo impide la faja. Si comprimes tu abdomen con una faja los abdominales se relajan aún más y además aumenta la presión sobre el suelo pélvico. 

Alimentación e hidratación. 

El embarazo ha pasado y todo aquello que te sentaba mal o no podías comer ha dejado de ser un problema. En este momento todo lo que comas te sentará muy bien y además con la lactancia tendrás más hambre y  sed.

Intenta tener preparado comida en tu congelador o frigorífico para poder ir comiendo bien a pesar de la falta de tiempo. 

Intenta llevar una dieta equilibrada y saludable, y responde a ese aumento de hambre y de necesidades calóricas con alimentos saludables como fruta, verduras, legumbres, huevos, carne, pescado, frutos secos y cereales integrales. 

Recuerda beber agua y tomar fibra para evitar el estreñimiento. El exceso de sal o de alimentos que la contienen puede aumentar el edema en esta etapa posparto. Prioriza alimentos ricos en hierro y grasas saludables. 

La sal debe ser yodada y debes consumir un mínimo de 150 µg al día para pasárselo a tu bebé por la leche materna. Si no puedes asegurar esta ingesta de yodo, que te lo aportaría en unos tres lácteos diarios no ecológicos, puedes tomarlo en forma de suplemento durante toda la lactancia.

Ten siempre a mano una botella de agua para las tomas, ya que la sed que percibirás las primeras semanas será muy intensa justo cuando tu bebé empieza a mamar. ¡Parece magia!

Higiene

Con la ducha diaria es más que suficiente para mantener limpio tu pecho y tu periné. Si tienes mucho sangrado, o calor puedes lavar tu periné una vez más en la noche.

 El exceso de lavado puede traer irritaciones y molestias. Cambia la compresa frecuentemente para evitar la humedad.

Tu pecho no debe ser lavado ni antes ni después de las tomas. Con esa ducha diaria es más que suficiente.

Evita usar jabones, cremas, o colonias con exceso de perfume. El recién nacido tiene el olfato muy desarrollado para oler a su madre, la leche, y el líquido amniótico impregnado en su cuerpo. Los perfumes pueden hacer que su olfato se sature y no pueda percibir esos olores que tanta tranquilidad y seguridad le aportan.

Visitas

Los primeros días tras el parto son días de recogimiento y cuidado. Recuperarte físicamente, empezar a centrarte a nivel emocional, y conocer a tu bebé desde la tranquilidad e intimidad de tu familia. El exceso de visitas puede traerte preocupación, cansancio, comentarios dolorosos, e incluso molestias al no poder descansar con normalidad.

Al bebé recién nacido no deben cogerlo otras personas que no sean los padres en las primeras horas. Después ellos decidirán quienes pueden coger al bebé siempre y cuando sea respetando su sueño y evitando pasarlo de mano en mano como si se tratase de un muñeco. Además nunca debe besarse a un recién nacido ni tocarle la boca, o las manos.

Las personas resfriadas no deben visitar ni al recién nacido ni a la familia. Las visitas deben venir a ayudar con la casa o hermanos mayores, los cuidados relacionados con el bebé deben ser realizados por los padres. 

Emociones

Los primeros días si todo ha ido bien te sentirás eufórica y feliz con tu bebé. Si el parto ha sido difícil o traumático puedes sentirte perdida y desconectada. Con el paso de los días y el contacto el vínculo se irá construyendo, date tiempo. 

Las preocupaciones por la salud del  bebé pueden ser una constante en los primeros días hasta que empezáis a conoceros.

 Tras los primeros 5- 7 días puedes notar tristeza, decaimiento, irritabilidad y sensibilidad. Esta es la llamada tristeza puerperal y debe ceder en el primer mes posparto. Es importante que sepas identificar los síntomas de depresión posparto que pueden ocurrir hasta en un 15 % de mujeres. Esta depresión posparto es diferente a la tristeza puerperal y debe tratarse.

Estas primeras semanas el cansancio acumulado y la preocupación por el bienestar del bebé harán que te sientas algo perdida y con más necesidad de cariño y mimos por parte de tu pareja y familia. 

El instinto de protección hacia tu bebé será muy fuerte, y el vínculo se irá construyendo día a día.

Delega

Estas primeras semanas no existirá nada más que tú y tu bebé. Debes centrarte y permitirte dedicar tus días a cuidarle y a cuidar de ti misma. Respondiendo a sus necesidades y respondiendo tu autocuidado las 24 horas de tu día estarán completas. Además necesitarás ayuda para tareas tan sencillas como ducharte, o ir al baño tranquila mientras tu bebé está atendido.

El padre es una figura primordial en estos en estas primeras semanas. Apóyate en él y delega todo lo que no sea estos cuidados para poder centrarte en lo que de verdad importa.

Cesárea 

Todos los cuidados anteriores pueden aplicarse a una cesárea. En este caso quiero puntualizar los cuidados específicos tras esta intervención. 

La cesárea es una intervención mayor que suele realizarse bajo anestesia raquídea. Por ello tras la intervención tendrás una sonda vesical que hará que tu vejiga se vacíe de orina porque tú pierdes la capacidad de hacerlo debido a la anestesia. 

Las primeras dos horas estarás muy controlada para valorar tanto el sangrado como la contracción de tu útero. Puede ser que cuando la anestesia comience a irse empieces a notar dolor. Por ello debes tener una pauta correcta de analgesia por vía intravenosa. Si percibes dolor indícalo para que se aumente la dosis. 

El paso a planta se hará cuando estés bien y  muevas las piernas con normalidad. Tras 6-8 horas se retirará la sonda vesical y tendrás que hacer pis por ti misma.

Aunque te parezca mentira y sientas dolor te ayudarán a levantarte y podrás hacerlo. Si te sientes mareada o muy dolorida indícalo. Levántate muy despacio de la cama y agárrate a tu pareja para desplazarte por la habitación.

La lactancia materna con cesárea puede ser algo más complicada ya que el dolor de la cicatriz puede impedirte colocarte en la posición que tú deseas.

La mejor postura para amamantar es en posición biológica. Mientras tú estás semi tumbada tu bebé está encima de ti con las piernas hacia un lateral para no golpear la cicatriz.

La cicatriz estará tapada con un apósito normalmente el primer día. Posteriormente se destapara y tendrás que lavarla con agua y jabón a diario. 

Si tienes grapas se retirarán unos 10 días después de la intervención. En otras ocasiones se cose la cicatriz con el hilo por dentro, se realiza una sutura intradérmica. En este caso no hay que retirar el hilo, ya que este es reabsorbible. 

Una vez cicatrizada podrás hidratar y masajear tu cicatriz. Es recomendable que a las seis semanas posparto sea revisada por un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.

Puede ser complicado para ti sentarte en lugares muy bajos o girarte en la cama. Con el paso de las semanas irá recuperando la fuerza y el dolor disminuyendo. Continúa con la analgesia pautada en casa para disminuir esas molestias. 

La faja no está recomendada, a no ser que lo haya indicado un fisioterapeuta especializado.

Tras la cesárea, en las que se pierde más sangre que en un parto vaginal, es normal que te sientas más cansada y te cueste más reanudar la actividad diaria normal. Date tiempo y escucha tu cuerpo.

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